lunes, 7 de enero de 2013

¿Perestroika cubana o fruta madura?


¿Perestroika cubana o fruta madura?
Por: Julián Antonio Gallardo Arbella. Periodista Independiente.
La Habana, Cuba, 18 diciembre 2012.

“Dos pasos da el hombre en la vida: uno al nacer y otro cuando se retira de ella” —Julián Antonio Gallardo Arbella.  

Un vuelco a las primeras formas de mecanismo corporativo en la unión soviética, tras el cambio iniciado por Mikhail Gorbachev en la segunda mitad de la década de los ´80, se aprecia en Cuba, luego de un plan de medidas establecidas a través de leyes basadas en los Lineamientos para el reordenamiento de la economía cubana, y que permiten, en una determinada medida la formación de cooperativas para actividades a diferentes sectores no estatales tales como: el sector de la construcción, servicios gastronómicos y domésticos, el transporte, así como actividades de la pesca, la recuperación de materias primas (reciclaje) y la producción de materiales, fueron puestos en vigor en la primera quincena del mes de diciembre de 2012.  

Según las reformas que parten del documento base de los Lineamientos –del único partido de dirección del Sistema Político Cubano–, encabezado por su Primer Secretario Raúl Castro Ruz, fue dado a conocer por los medios de comunicación al servicio de este gobierno –mono partidista– en el que planea que algunas empresas de servicios y talleres, que hoy son entidades estatales se conviertan –en lo adelante– en cooperativas que serán gestionadas por sus propios trabajadores.  

La medida, que incluye la aplicación de cinco nuevas normas jurídicas que establecen la creación progresiva de cooperativas para actividades que no están vinculadas al sector agrícola, y que tiene como objetivo incrementar las mismas de modo experimental en algunos casos, todo ello, dado a la búsqueda de alternativas que van encaminada a la urgencia por la que está pasando la desangrada economía cubana, su mala administración y estrategia, su fallida aplicación e ineficacia operativa de largos años que obliga, al actual monarca dictador, a realizar modificaciones aceleradas, de corte corporativo al modo capitalista yugoslavo-soviético, para poder buscar un respiro tras la aplicación de la posición común impuesta por la Unión Europea, el Embargo estadounidense y la apertura a las libertades elementales del hombre –tema este que aún es cuestionado y que no es parte del interés (aparentemente) de la apertura que ha iniciado el descendiente dictador Raúl Castro–.

Las nuevas leyes que autorizan y certifican la creación de pequeños módulos de empresas familiares permiten cierta ventaja y mejora el estatus de vida del sector particular implicado en estas gestiones; por otra parte, las cooperativas han estado generando –según afirman– servicios y bienes de consumo, así como la implementación del arrendamiento de tierras en usufructo dedicadas a la agricultura que también ha visto un estimulo del incremento en su economía agraria.

La aprobación de este cambio en la proyección del sector cooperativista busca la activación de suplir el déficit de bienes y servicios que ahora correrán a manos de las mismas, a fin, de manejar la gestión de la oferta y la demanda –ahora– dentro de la población urbana, pues al parecer esta forma romperá el esquema centralizador del Estado. Por otra parte sus asociados tendrán iguales derechos y obligaciones en la pequeña empresa corporativa.

La aplicación de la nueva ley tributaria, está proclamada para entrar en efecto en enero del 2013, "con paso seguro" agregó Raúl Castro y "prevé beneficios fiscales para estas cooperativas, en comparación con otras formas de gestión no estatal”.

Esta aplicación incluye una escala para el pago del Impuesto sobre Utilidades inferior a la de los trabajadores por cuenta propia. Con el fin de preservar el socialismo –añadió–aplicaran "técnicas modernas de gestión" que impulsaran las reformas económicas, por lo que plantea que "la actualización del modelo económico cubano empieza a adentrar en cuestiones de mayor alcance, complejidad y profundidad".

Por otra parte, atendiendo a los indicadores mostrados en el evento observan que, unos 400.000 ciudadanos cubanos se han sumado al trabajo corporativo. Pero bien, permi­tir a trabajadores cooperativizarse y los ciudadanos administrar sus propios negocios de forma particular, ¿sería entonces qué el Estado, del Sistema Político Cubano, soltaría las rien­das del poder?

“Un horizonte con una proyección más actualizada, cognitiva, eficiente, de alcance y equilibrio global, también es posible” —Julián Antonio Gallardo Arbella.

Autor: Julián Antonio Gallardo Arbella.
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