Lo visible y lo
invisible a la luz de todos
Por:
Julián Antonio Gallardo Arbella. Periodista Independiente.
La
Habana, Cuba, 08 diciembre 2012.
“La
posibilidad de ver en este espectro visible tridimensional nos hace insensibles,
la mayoría de las veces, para poder vernos a nosotros mismos” —Julián Antonio
Gallardo Arbella.
No es pura coincidencia, ni
fortuita casualidad que podemos vernos frente a un espejo –diariamente– una o
más veces al día, o sobre una superficie que refleje nuestro rostro y cuerpo, dado
el caso y las circunstancias donde nos hallemos.
La situación política-económica-social
de nuestro país atañe tanto a unos como a otros, sin dejar la justicia a un
lado como parte de la historia que vamos viviendo.
Sería absurdo pensar que los
que hacemos oposición no tenemos estructuras económicas pensadas y
estructuradas para una transición, cambio político no violento, revolución
civil o armada, dado el caso de alguna de estas formas de liberación del
sometimiento y la opresión dictatorial.
Si examináramos, con un simplificado
estudio que proporcione el análisis –en profundidad– dirigido al papel central que
juega la economía en cualquier país, y por ejemplo: el nuestro, Cuba; así como,
la complejidad en la que se ven envueltos los dirigentes del Sistema Político
Cubano y sus directivos en materia económica –los que de hecho no ven posibles
soluciones– y se muestran incapaces de hallar una factible salida, luego de ser
lo primero: el cambio político y democrático a la libertad; tendríamos que, una
apertura a la interacción y la diversificación de la verdadera naturaleza de la
estructura de la economía, estaría en el crecimiento y la transformación hacia
la aplicación de nuevas políticas con estructuras orgánicas que maniobren como
plan ha desarrollar en primer orden. Si bien ahora la falta de la capacidad
productiva y de demandas no existentes; por no existir empresas, fabricas e
industrias desaparecidas durante la llamada Revolución Cubana, las nuevas
formas de desarrollo que son aplicadas en otras regiones del mundo –en este
sentido– podrían ser aplicadas e
implementadas con una Cuba Libre y Democrática, y verse, porqué no, inmersa en
el camino al progreso para encausarse e identificarse con la prosperidad y el
crecimiento económico.
Cuando un país prospera económicamente trae
como consecuencia que sus ciudadanos mejoran su nivel de vida, y de esta forma
el país se desarrolla, su ciudadanía gana en calidad de vida y confort, sus
empresas modifican sus procesos productivos y productos, se especializan en
calidad y garantías, diversificando y promoviendo en la escala de valores con productividad,
calidad y utilidad.
De esta manera el
enfoque que genera este adelanto práctico y los acercamientos al crecimiento
compartido y de desarrollo, podrían ser posibles cambios sustanciales para
revitalizar la luz no visible para la libertad, el progreso, el desarrollo del
pueblo cubano.
“Un horizonte
con una proyección más actualizada, cognitiva, eficiente, de alcance y
equilibrio global, también es posible” —Julián Antonio Gallardo Arbella.
Autor: Julián Antonio Gallardo Arbella.
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