¿Perestroika cubana o fruta madura?
Por: Julián Antonio Gallardo Arbella. Periodista
Independiente.
La Habana, Cuba, 18 diciembre 2012.
“Dos pasos da el hombre en la vida: uno al nacer y otro
cuando se retira de ella” —Julián Antonio Gallardo
Arbella.
Un vuelco a las primeras formas de mecanismo corporativo en la unión
soviética, tras el cambio iniciado por Mikhail Gorbachev
en la segunda mitad de la década de los ´80, se aprecia en Cuba, luego de un
plan de medidas establecidas a través de leyes
basadas en los Lineamientos para el reordenamiento de la economía cubana, y que
permiten, en una determinada medida la formación de cooperativas para
actividades a diferentes sectores no estatales tales como: el sector de la
construcción, servicios gastronómicos y domésticos, el transporte, así como
actividades de la pesca, la recuperación de materias primas (reciclaje) y la
producción de materiales, fueron puestos en vigor en la primera quincena del
mes de diciembre de 2012.
Según las reformas que parten del documento base de los Lineamientos –del
único partido de dirección del Sistema Político Cubano–, encabezado por su
Primer Secretario Raúl Castro Ruz, fue dado a conocer por los medios de comunicación
al servicio de este gobierno –mono partidista– en el que planea que algunas
empresas de servicios y talleres, que hoy son entidades estatales se conviertan
–en lo adelante– en cooperativas que serán gestionadas por sus propios trabajadores.
La medida, que incluye la aplicación de cinco nuevas normas jurídicas que
establecen la creación progresiva de cooperativas para actividades que no están
vinculadas al sector agrícola, y que tiene como objetivo incrementar las mismas
de modo experimental en algunos casos, todo ello, dado a la búsqueda de
alternativas que van encaminada a la urgencia por la que está pasando la
desangrada economía cubana, su mala administración y estrategia, su fallida
aplicación e ineficacia operativa de largos años que obliga, al actual monarca
dictador, a realizar modificaciones aceleradas, de corte corporativo al modo
capitalista yugoslavo-soviético, para poder buscar un respiro tras la
aplicación de la posición común impuesta por la Unión Europea, el Embargo
estadounidense y la apertura a las libertades elementales del hombre –tema este
que aún es cuestionado y que no es parte del interés (aparentemente) de la
apertura que ha iniciado el descendiente dictador Raúl Castro–.
Las nuevas leyes que autorizan y certifican la creación de pequeños
módulos de empresas familiares permiten cierta ventaja y mejora el estatus de
vida del sector particular implicado en estas gestiones; por otra parte, las
cooperativas han estado generando –según afirman– servicios y bienes de
consumo, así como la implementación del arrendamiento de tierras en usufructo
dedicadas a la agricultura que también ha visto un estimulo del incremento en su
economía agraria.
La aprobación de este cambio en la proyección del sector
cooperativista busca la activación de suplir el déficit de bienes y servicios
que ahora correrán a manos de las mismas, a fin, de manejar la gestión de la
oferta y la demanda –ahora– dentro de la población urbana, pues al parecer esta
forma romperá el esquema centralizador del Estado. Por otra parte sus asociados
tendrán iguales derechos y obligaciones en la pequeña empresa corporativa.
La aplicación de la nueva ley tributaria, está proclamada para entrar
en efecto en enero del 2013, "con paso seguro" –agregó Raúl Castro– y "prevé beneficios fiscales para estas
cooperativas, en comparación con otras formas de gestión no estatal”.
Esta aplicación incluye una escala para el pago del Impuesto sobre
Utilidades inferior a la de los trabajadores por cuenta propia. Con el fin de
preservar el socialismo –añadió–aplicaran "técnicas
modernas de gestión" que impulsaran las reformas
económicas, por lo que plantea que "la
actualización del modelo económico cubano empieza a adentrar en cuestiones de
mayor alcance, complejidad y profundidad".
Por otra parte, atendiendo
a los indicadores mostrados en el evento observan que,
unos 400.000 ciudadanos cubanos se han sumado al trabajo corporativo. Pero bien, permitir a trabajadores cooperativizarse y los ciudadanos administrar
sus propios negocios de forma particular, ¿sería entonces qué el Estado, del
Sistema Político Cubano, soltaría las riendas del poder?
“Un horizonte con una proyección más actualizada,
cognitiva, eficiente, de alcance y equilibrio global, también es posible”
—Julián Antonio Gallardo Arbella.
Autor: Julián Antonio Gallardo Arbella.
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