Por: Julián Antonio Gallardo Arbella.
Periodista Independiente. La Habana, Cuba, 24 octubre 2013.
“La
mentira mantiene en tinieblas a todo aquel que la manifiesta”. Julián Antonio Gallardo Arbella.
Aproximadamente a las 13:20 horas de la tarde
del 23 de octubre de 2013, fui interrogado por un oficial, que asumió –según
él- el caso por el cual fui citado por el Oficial Operativo Raiko en la 11na
Unidad de la Policía en San Miguel del Padrón, al llegar allí el guardia de la
puerta me dice no conocer ese nombre y que me dirija al carpeta quien también
desconcertado me manifiesta que no conoce ese nombre y que va a buscar en el
comedor, que por favor espere.
Finalmente, luego de salir del almuerzo, me
llama una persona vestida de civil, de tez negra, de estatura baja, que trae un
casco en sus manos y se hace acompañar por otro de tez mestiza (jabado) joven y
delgado. El primero se presenta y presenta al acompañante, al parecer su
ayudante o subordinado. En ningún momento me manifiestan su rango y
departamento; pero si luego de solicitarme el carné de identidad y esperar unos
minutos me llaman para una oficina, el más delgado me conduce al fondo del
pasillo en el interior de la unidad policial donde procede, quien me declara
ser Ismael, el de tez negra, a formularme un paquete de preguntas sin decirme
el motivo de la citación.
Desde ¿dónde trabajas? ¿Por qué no trabajas?
¿Cómo te mantienes? ¿De dónde sacas dinero para mantenerte? ¿Tú conoces a Abel
Mirabal? ¿Ustedes andan juntos? ¿Tú vas a la SINA? ¿Tú te quieres ir del país?
¿Entraste en el judaísmo para irte del país? Y un cuestionamiento inapropiado,
aún sin decirme el motivo de mi comparecencia en aquel lugar. Que de hecho le
pregunte qué si el cuestionamiento era ofensivo e intimidante no veía lógica de
que estuviera allí y creía imposible un dialogo, que si era una entrevista, un
conversatorio, un cuestionario o llenar un formulario me explicara cual era la naturaleza
por la que me hallaba en ese lugar, y el cuestionamiento del que era motivo de
tantas preguntas. Me refiere que se debía a que yo estoy en un curso de la
Universidad de Puerto Rico en la SINA, que me dedico a publicar cosas que son mentiras
o inventos, que probablemente es para justificar, ganarme puntos y poder salir
del país… a ello le replico que publico la verdad de las realidades; como por
ejemplo, si los teléfonos están rotos o los rompen y no los arreglan hago la
denuncia social, que eso no es garantía para salir del país, eso es un estado
de conciencia informativa real.
Me reclama sobre el hecho repetitivo del uso
de la información sin validez, como si yo fuese un vil mentiroso, y le hago
saber que en una página social cubana recientemente de plataforma punto cu
(cubava.cu) levante un blog con una denuncia de un hecho real que esta
sucediendo en mi cuadra, en los bajo de mi casa y que aún no han podido dar
solución. Que intente repetidas veces subirlo desde el día 10 de octubre de
2013 y me lo quitaron del blog. He tratado de volverlo a colgar y en más de
tres ocasiones lo tumban, y esto no es en la SINA, es en Cuba; que yo tengo
derecho a la libre expresión, y que es real, que estudio en ese lugar y que
asisto y soy usuario del Centro de Recursos Informáticos, que es público y
legal, que cualquier persona puede optar por los cursos, que son libres, al
igual que la Internet es pública, libre y libre de costo, que se deben a
convenios diplomáticos que ofrecen todos los países en materia de educación e
intercambio cultural; y que los países más desarrollados están en la obligación
de ayudar a los menos desarrollados.
Ante esto me refiere que no en el caso de
Estados Unidos que prepara acciones en contra de Cuba y que no es del grupo de
países aliados, que yo lo se muy bien y que seguro se muchas cosas más... le
manifiesto que los paralelos de observación entre él y yo son de opiniones
diferente, aún cuando el muestra en sus palabras formas punzantes y agresivas;
pero por el derecho que tiene a manifestar su opinión libremente lo entiendo
que así lo exprese, pero que sea moderado y sin ofender.
Luego de intercambiar diversos puntos en lo
que no coincidimos y la cita cobraba calor, y vuelve a equilibrarse, le
pregunto –“¿Cómo es posible, y a qué se debe, que yo he estado asistiendo desde
hace algunos años a la SINA y es ahora que toman este interés mucho más a pecho
con las visitas al lugar?” A lo que me refiere que:
–“Te estábamos dándote cordel, además teníamos
cosas mucho más importante que resolver”
–“¿Cómo?” –Fue mi expresión–
–“Entonces ahora soy más importante”– le
refiero–.
–“No, no, solo queremos saber si usted se va a
mantener asistiendo a ese lugar”
–“Seguiré estudiando mi curso, y asistiré a la
Internet, yo soy una persona libre, no veo porque tenga que dejar de asistir”.
–“Entonces usted manifiesta que se va a
mantener asistiendo a ese lugar”.
–“No veo motivo para lo contrario”.
–“Bueno ya usted sabrá”.
Sus palabras dejan incertidumbre y mucho más
cuando en la salida monta con su compañero en la moto chapa HYZ 650,
manifestando que no sabe cual es interés de la gente en hacerse judíos, que
últimamente hay mucha gente que quiere entrar en esa religión…
Agrego a esto, que dentro del curso de la
investigación de la que fui motivo le ejemplifico como la televisión cubana
muestra mucho más temas de procedimientos de tipo policial tales como “CSI,
Casos Resueltos, Dra. G, otros…” donde se pone de manifiesto un mensaje de cómo
será el futuro –a mi entender– del procedimiento de una policía ciudadana, y
contrapongo como el policiaco cubano “Tras las huella” que toma la estructura
de estos seriales, al menos la presentación en el orden artístico y formato,
para equilibrar con los otros seriales de factura estadounidense,
principalmente, dejándole claro que el Estado y el Gobierno de Cuba no los esta
televisando por gusto.
Autor: Julián Antonio Gallardo Arbella.
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